31 de marzo de 2009

La segunda parte


La segunda parte de este cuento...

Saludos Anngel


Aun desde donde me encuentro escucho las suplicas de su alma, lo veo tirado ante mi lapida, esa tumba muerta, esa tumba sin cuerpo. Como olvidar esa tarde, ese ocaso de mi corta existencia, al parecer buscaba la respuesta de una pregunta inexistente, tan solo 2 minutos antes y todo pudo ser distinto; luego de la tierna despedida que le ofrecí, sin motivo, pues nada que hacer esta la hora de nuestra encuentro, necesitaba estar lejos, pensar, tal vez discutir y redefinir, debía dejar mi carrera a la mitad, tenia que dejar mi vida, para morir, ahora no veo la diferencia entre la muerte en vida y la muerte de cuerpo, son tan parecidas. Subí las escaleras tenia que huir del, así que me refugie en la azotea de la facultad de Ciencias, miré el suelo desde el lugar, volví a pensar en lo que se venia en mi vida, unos brazos se ataron a mis hombros, conocía esa voz, tanto como la del que ahora llora mi partida - ¿Estas lista? – Preguntó – No aun no lo estoy y no se si podré estarlo algún día. De mis ojos escurrían ríos de agua salada, sentí su voz que corría por el tejado llamándome, mientras que mi cuerpo caía por el costado del edifico, para sumergirse en un charco de dulce color rojo.

Sus cenizas están esparcidas por el mar como ella deseaba, y su familia para complacerme buscó un lugar en el cementerio donde pudiera velar su lapida, donde sus palabras quedaran plasmadas inmortales, tales como su sonrisa en mi memoria. Traigo flores aquí todos los días, esas bellas rosas azules que tanto disfrutaba. No había motivo aparente para que tomase esa decisión, no existía motivo alguno para dejarse vencer, esto ya hacer 3 semanas, si tan solo volviera, si tan solo pudiera decirle cuanto la extraño, si tan solo pudiera decirle que la amo…

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