Retomando un poco esta seguidilla de historias catástroficas, deseo darles las gracias por leer mis cuentos y los Dracon, es un gran honor que les agrade y que nos critiquen, ya que esto enriquece al aficionado.
Mil cariños y aqui les va.
Lapida
“Porque susurrare en tu oídos, porque beberé la flor de tu vida, porque no estaremos jamás lejos, porque eres alma y yo cuerpo”
Ángel Cruz
18/12/1988 al 07/05/2012
No se si no quiero entender que ya no estas o solo no quiero ser parte de esta horrible pasadilla – había un joven recostado a los pies de una lapida, quien sabe que ciudad, quien sabe que lugar, de sus verdes ojos caían lagrimas, de su cabellera escurría la lluvia. El ambiente no podía ser peor, su ánimo tampoco, todo había comenzado como un tierno de juego y acabó con un funeral en medio de lo que nadie sabe, ni mucho menos quiere darse cuenta, o por lo menos lo aparenta muy bien.
Recorrió una vez mas su pensamiento, busco un indicio de alguna anomalía, pero nada, ni un solo rastro de que pudo haber desatado esta catástrofe, una seguidilla de acontecimientos le dieron la excusa exacta para acabar con todo. Mantuvo el frasco entre sus puños buscaría el culpable, pero por donde empezaba.
Durante la mañana… - Buenos días, ¿Cómo estas? – un beso tranquilizó esa pesada sensación que mantenía desde el día anterior, como cual daga es revuelta en el vientre humano – Creí que ya no vendrías y esta mala sensación que no me abandona – dijo el joven mientras se apoyaba en el regazo de su amiga – No te preocupes del futuro, vive lo que tenemos hoy – esas palabras mas que tranquilizarlo le erizaron la piel con mayor rapidez – debo irme, pero nos encontramos luego en la biblioteca – continuo la joven, quien se alejaba rauda mientras lanzaba un beso a su amigo – Si tan solo tuviéramos la clave de nuestros destinos.
“Porque susurrare en tu oídos, porque beberé la flor de tu vida, porque no estaremos jamás lejos, porque eres alma y yo cuerpo”
Ángel Cruz
18/12/1988 al 07/05/2012
No se si no quiero entender que ya no estas o solo no quiero ser parte de esta horrible pasadilla – había un joven recostado a los pies de una lapida, quien sabe que ciudad, quien sabe que lugar, de sus verdes ojos caían lagrimas, de su cabellera escurría la lluvia. El ambiente no podía ser peor, su ánimo tampoco, todo había comenzado como un tierno de juego y acabó con un funeral en medio de lo que nadie sabe, ni mucho menos quiere darse cuenta, o por lo menos lo aparenta muy bien.
Recorrió una vez mas su pensamiento, busco un indicio de alguna anomalía, pero nada, ni un solo rastro de que pudo haber desatado esta catástrofe, una seguidilla de acontecimientos le dieron la excusa exacta para acabar con todo. Mantuvo el frasco entre sus puños buscaría el culpable, pero por donde empezaba.
Durante la mañana… - Buenos días, ¿Cómo estas? – un beso tranquilizó esa pesada sensación que mantenía desde el día anterior, como cual daga es revuelta en el vientre humano – Creí que ya no vendrías y esta mala sensación que no me abandona – dijo el joven mientras se apoyaba en el regazo de su amiga – No te preocupes del futuro, vive lo que tenemos hoy – esas palabras mas que tranquilizarlo le erizaron la piel con mayor rapidez – debo irme, pero nos encontramos luego en la biblioteca – continuo la joven, quien se alejaba rauda mientras lanzaba un beso a su amigo – Si tan solo tuviéramos la clave de nuestros destinos.
Entradas
0 comentarios:
Publicar un comentario